miércoles, 13 de agosto de 2014

TRIATLON OLIMPICO DE CASTRO. Crónica

A priori se reunían el 9 de agosto mejores condiciones para que mejorara lo de Sestao. Para empezar, semana espartana en la que al contrario que en la anterior el jueves no salí hasta las "tantas". Y después, en el día "D" pues bastante calor, algo que me encanta. También me alegraron la tarde prohibiéndonos nadar con neopreno y así evitar que se me carguen los hombros. Se supone que al ser mi segundo triatlón en esta distancia ya sé lo que me esperaba. Y para rematar, allí estababan animándome los suegros, Maitane, Elvira, Joseba, Luli, Jesus, Aroa, Erik y el pequeñín de la familia, mi sobrino Josu.

Tertulia previa con los del equipo, preparar todo en boxes y poco a poco nos vamos acercando al agua. Cuando salen las chicas es cuando nos dejan entrar al agua. Ya dirigiéndonos a la línea de salida, en ese tramo ya se notan las primeras patadas y golpes. Sin comerlo ni beberlo me veo en tercera o cuarta fila y en el medio rodeado de otros 200 atletas.
Salida y menudo agobio, imposible ganar posiciones, imposible nadar cómodo. Mucho agobio, la verdad. El circuito tampoco ayudaba, me resultó muy pestoso, demasiado estrecho para tantos deportistas. Me desorienté al pasar por la primera boya situada en la entrada del puerto y creo que hice bastantes metros de más, teniendo que pasar un par de veces a escasos dos metros de un par de barcos que estaban atracados. Muy mal, con la sensación de no pillar un buen ritmo hasta casi el final de los 1.500 metros a completar.
Salida del agua

A continuación pillo la bici para afrontar los 42 km pertinentes sin poder chupar rueda. Primero en paralelo a la costa con un par de sube-bajas. A partir de Islares, practicamente en llano llegamos hasta el pie de puerto de Hoyo Menor. Alrededor de 5,5 km. "llevables" con un par de tramos que se atragantaban más. Después, media vuelta y regresar por el mismo camino.
Tarde 1h y 27min, teniendo en cuenta mi nivel en bici acabé muy contento, mejorando poco a poco.

Muy buen ambiente

Llega la hora de finalizar este triatlón con los 10 km finales a pie. Cuando hago la mitad me fijo y llevo 23 minutos. Bueno... El caso es que de repente me empieza a doler el pie horrores tanto al apoyar como al despegar, tanto en el empiene como en la parte de abajo. Nunca me había pasado esto ni sé ni sé realmente a qué se debe. Primero cojeando y después incluso parando cuando llego a la altura de la hinchada para explicarles lo que pasa. Me dicen que lo deje pero quiero darme otra oportunidad, pero sé que no va a remitir el dolor. Todo lo contrario. Vuelvo a parar a la altura de Gon y Maider, me quito la zapatilla, la vuelvo a poner...."venga va, si solo quedan 4,5 km" ,me digo a mi mismo. Pero nada, no puedo con tanto dolor, así que opto por lo más sensato, retirarme.

A día de hoy, y a falta de que el vividor de mi fisio llegue de vacaciones, noto que tengo dos tendones hinchados. De momento, hielo, reposo y antiinflamatorios.

Una pena, pero ya se me ha fastidiado la Jabalí Trail, una carrera a la que tengo mucho cariño. Tampoco podré participar en un cuadratlón al que tenía muchísimas ganas de ir. Qué le vamos a hacer, son cosas que pasan, y más si tu cuerpo, como es el caso, lleva muchos kilómetros acumulados durante todo el año.
Éste siempre me saca una sonrisa


2 comentarios:

  1. Kaixo Arkaitz,

    Una lastima que te hayas quedado tan cerca de la meta, pero probablemente haya sido lo más sensato y que conste que saber retirarse a tiempo nunca es labor sencilla (y menos en el fragor de la batalla)

    Recuperate bien y seguro que pronto te leeré asumiendo nuevos retos.

    Agur,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Rubén, la verdad que no me costó mucho, porque literalmente no podía apenas ni andar. Me dió pena porque parte de la familia se había desplazado para verme, pena y mucha rabia. Así que ahora descanso de cuerpo y mente para volver con las pilas cargadas.
      Un saludo crack

      Eliminar