lunes, 25 de febrero de 2013

Merece la pena.

Merece la pena soportar el intenso frío de estos últimas días, la humedad,... por levantarse un domingo por la mañana pronto, mirar por la ventana y ver todo nevado.


Bajar a comprar el pan y al pasar por el parque observar a unos adolescentes lanzarse cuesta abajo en un bodyboard y en un skate sin ruedas.
Más allá, unos padres a los cuales se les cae la baba jugando con sus pequeños hijos a tirarse con el trineo. Claro que sí, merece la pena, por muy efímero que sea el momento.

lunes, 18 de febrero de 2013

Antzuolako 8 milak mendi lasterketa. Crónica.

Por fin llega la primera carrera de la temporada, en la que acabo con un muy buen sabor de boca. Recorrido espectacular, me ha encantado. A pesar de la más que discreta clasificación, estoy muy satisfecho porque hice todo lo que pude. Tardé en cubrir los casi 14 km y 835 metros de desnivel 1hora47min. Contento, porque desde que empecé a entrenar esta temporada, en ninguna salida de correr había llegado a la hora y media. La idea es ir poco a poco ganando chispa para llegar a finales de abril a tope.
Foto tomada al finalizar la prueba.
 Acudo a la prueba con el que nunca falla, es decir, con Guti. Una pena que Endika por temas laborales no pueda venir, la próxima fijo! Llegamos al bonito pueblo de Antzuola y lo primero que hacemos es recoger el dorsal y la bolsa del corredor. A continuación nos ponemos a calentar con muchas ganas, pues hace bastante frío. Después vamos a la salida, donde nos reunimos 255 deportistas.

Dan la salida y atravesamos el pueblo entre ánimos. Enseguida empezamos a ganar altura por una pista de asfalto, aunque al de cinco minutos entramos en una pista de tierra, bueno, mejor dicho, en una pista de muchísimo barro y agua, lo que dificulta que pueda ir tan rápido como yo quisiera. Guti me dice en este punto que tire para adelante, así que allá que voy. Después tenemos un ratito de pista que gana altura muy suavemente y por la que además se puede correr a gusto.

Quisiera destacar, antes de proseguir, el numeroso y cálido apoyo recibido por los participantes en el trail, con muchos espectadores en bastantes puntos del recorrido, lo cual se agradece mucho. Asimismo, buenísima labor de marcaje, incluyendo voluntarios de la organización en cada cruce, que te animaban y te indicaban el camino a seguir.

Pronto volvemos a meternos en el bosque, barro y más barro. Comenzamos a subir una cuesta de pendiente generosa, al lado de un par de refugios y un abrevadero. Unos metros de descanso y...si la cuesta anterior me había parecido dura...esperad a ver esta pala! Muy empinada en la que la nieve de las últimas semanas hace acto de presencia. En este momento me doy cuenta de que entrenar por el monte está muy bien, pero también que debo entrenar con desniveles más exigentes.

Y como no hay dos sin tres, la rampa final que da al monte Irimo también se las trae. Un pasillo de gente nos anima en la cima y empezamos a atravesar para mi la parte más bonita del recorrido. El cresterío a través de la nieve, una pasada, que buenos momentos. Durante estos minutos pasamos por al menos un par montes más, creo que el Trintxuleku y el Meaka. Ya hemos hecho lo más duro de la carrera.

Así que comienza la bajada, primeramente por una pala con bastante pendiente. Voy todo emocionado, así que era cuestión de tiempo que mis huesos dieran con el suelo. Me levanto al momento, con todo en su sitio, y seguimos bajando. Entro en una pista en la que puedo meterle zapatilla hasta llegar al segundo avituallamiento. Sin pararme, bebo un sorbito de agua y afronto la última tachuelilla, que a estas alturas ya hace daño.

Y sigo bajando... aunque ahora está difícil la cosa, de tanto barro que hay se podría decir que en vez de corriendo, voy surfeando como un pato mareado. Que resbalones!! Así que mucha concentración porque lo último que quiero es volverme a fastidiar un tobillo.
Guti y yo a pocos metros de la meta. Foto: Jone Larrañaga Igartza

Justo antes de volver al asfalto, donde le deje a Guti, miro para atrás y veo que no está lejos de mi. La verdad que ya le había visto en la subida, pero seguí hacia delante porque sabía que él, al bajar mejor que yo, me iba a dar caza. Nos juntamos, nos damos una palmadita en la espalda y afrontamos nuestros últimos cuatro minutos de carrera. Entramos en las calles del pueblo, donde de nuevo recibimos los ánimos y aplausos de mucha gente. Puesto final, 197 y 198 de 255 corredores. Seguiremos mejorando.

Guti también acabó muy contento, teniendo la sensación de que cuesta arriba ha ido muchísimo mejor que en otras ocasiones. Y encima, para rematar la mañana, le toca en el sorteo de dorsales un lote de productos para mujeres, que contenta se pondría la chavala...

Aquí os dejo la clasificación. Pinchad en el enlace para verla:
Clasificación General

sábado, 9 de febrero de 2013

Gran día.

Malas semanas climatológicamente hablando, muchísima lluvia y violento viento. Hace mucho que no veo el sol.

"De hoy no pasa", me digo. Miro por la ventana y está lloviendo, ninguna novedad. Las mallas largas y el chubasquero serán mis compañeros de entrenamiento.

Foto: imagenesdeposito.com
Salgo de casa. En cinco minutos ya estoy en el monte. Nadie a la vista, solo escucho el ruido del chubasquero en cada brazada y el de los pájaros. También el de mis pasos sobre los charcos. Soledad. De repente durante un mínuto sale el sol e ilumina el bosque. Nunca lo he visto tan bonito. Enseguida vuelve a llover. Sigo corriendo. Solo.

Pronto me cruzo con un ciclista y con otro corredor. Nos saludamos con una sonrisa. "Bien, veo que no soy el único tarao", me digo a mi mismo. Estoy casi seguro que ellos dos han pensado lo mismo. Gran día.


jueves, 7 de febrero de 2013

Deporte, dopaje y educación.

Hace pocas semanas, los que amamos el deporte en general  y el ciclismo en particular recibimos una triste noticia. Lance Amstrong, siete veces consecutivas dominador absoluto del Tour de Francia, confesó lo que siempre había negado, que durante años recurrió a prácticas de dopaje. Que pena da que un deporte tan maravilloso lleve años ganándose una mala fama.

Y que mala casualidad, justamente aquellos que en teoría deben servir de espejo para los jóvenes  niños, son muchas veces los que menos ejemplo dan. ¿Qué pensará aquel chaval que tenía a Amstrong como ídolo? ¿Y aquel que decoraba los papeles de su habitación con pósters del tejano?

Debido a esto  a otras cosas más, cada día siento menos simpatía hacia el deporte de "alta competición". Muchas veces me pregunto qué es lo que les lleva a esas personas a doparse. No lo sé exactamente, puede que reciban presiones por parte de algunos sponsors, que carezcan de personalidad y criterio propio, que tengan un ansia de reconocimiento desmesurado,.... Seguramente será una combinación de todo...

Muchas veces el deporte de élite va de la mano de la corrupción, se toleran ciertas prácticas de dudosa ética y legalidad. No hay más que ver el transcurso del juicio del caso "Operación Puerto". El principal acusado dispuesto a dar los nombres de sus clientes, pero no le permiten hacerlo. ¿Por qué? ¿Acaso a algún estamento no le interesa que se sepa toda la verdad?

Es por todo ello por lo que siento cada vez más admiración por aquellos deportistas populares que no tienen necesidad de salir en el periódico, que no necesitan un día sí y otro también recibir una palmadita en la espalda diciéndoles lo guapos que son y lo bien que lo hacen.

Tengo predilección por esas personas que además de cumplir con su correspondiente jornada laboral de ocho horas y de atender sus obligaciones familiares, sacan a cualquier hora intempestiva un rato para preparar una carrera de la que muy probablemente no saquen rendimiento económico. Eso sí, el rendimiento y satisfacción personal puede que sea enorme.

Me gustan esos deportistas que una vez superada la treintena sienten una gran ilusión al entrenar para hacer su primer triatlón.

O ese aitite que no falta a su cita diaria con uno de los montes cercanos a su casa. Incluso se anima a participar en numerosas marchas de montaña y en algunas carreras populares.

Desde aquí mi más sincero reconocimiento a todos los deportistas populares.